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Con la emergencia de los smartphones y la promesa de la conexión constante, los celulares se han transformado en objetos imprescindibles para cualquier persona. Para algunos, la dependencia del celular se puede convertir en una “prisión virtual”.
El principal beneficio de los llamados smartphones es su accesibilidad. En una mochila, en un bolsillo o en nuestras manos. Los celulares nos permiten conectarnos con todo el mundo. Al alcance de nuestras manos tenemos un dispositivo que nos facilita como nunca antes el acceso a la información.
El celular se ha convertido en un objeto de uso cotidiano pero que, a diferencia de otros objetos de este tipo, ejerce un poder mayor sobre nuestras actividades diarias. En recientes investigaciones, algunos usuarios expresan sentirse agobiados por la omnipresencia de estos aparatos. Todo el mundo tiene uno a su disposición. Lo vemos en las calles, en las oficinas, en los hogares y en los medios de comunicación.
El impacto del celular en las relaciones sociales
El constante uso de los celulares no puede sino modificar nuestras costumbres, la manera en que nos relaciones unos y otros.
Antes, para comunicarse con una persona en particular uno debía llamar desde un teléfono fijo a la casa u oficina de la persona en cuestión sin saber si esa persona se encontraba disponible o no. Había que ir a un lugar específico de la casa o acercarse a una casa especializada.
Hoy, el celular no sólo nos permite llamar a cualquier persona desde cualquier lugar, sino que también nos permite comunicarnos textualmente y saber si el receptor está conectado o se encuentra ausente.
Es más, en los últimos años el celular popularizó tanto los mensajes de texto que las llamadas de voz son una rareza. La comunicación se vuelve cada día más impersonal. Las redes sociales, accesibles desde cualquier dispositivo actual, nos permiten interactuar sin darnos a conocer completamente. Abundan los perfiles falsos o duplicados en Facebook o Twitter.
Incluso, hoy en día, muchas aplicaciones para celulares pueden ayudarnos a organizar la rutina diaria. Está en cada uno evitar que esto domine nuestras acciones cotidianas.
Pero también hay historias positivas para el fenómeno de los smartphones. Las aplicaciones de citas ponen en nuestras manos la posibilidad de encontrar al amor de nuestras vidas. Nuevas maneras de conocernos y de interactuar.
¿La dependencia al celular puede ser perjudicial a nuestra salud?
Según el psicólogo Michael Stora, los celulares actúan como una protección digital a la soledad. El celular se presenta, según Stora, como un dispositivo que alivia todas nuestras preocupaciones, desde el aburrimiento hasta la soledad. La posibilidad de ponernos en contacto con cualquier persona sin tener que movernos de nuestros hogares es muy potente y hay algunas personas que no lo soportan.
Si bien hasta el momento no existe una categoría que dé cuenta del uso excesivo del celular como una adicción, existen investigaciones que comparan las características con trastornos tales como la dependencia de sustancias. Abstinencia, tolerancia y falta de control son algunas similitudes que las investigaciones recientes han encontrado entre ambos trastornos.
El miedo irracional a salir a la calle sin llevar el celular se lo conoce como nomofobia. El término proviene de la expresión en inglés “no-mobile-phone phobia”, es decir, la fobia de no tener el celular a mano. Describe el malestar que genera la falta de señal, de batería o incluso del dispositivo en su totalidad.
Se habla de dependencia únicamente cuando el uso del celular es excesivo, es decir, que no responde a las necesidades normales y cotidianas. La dependencia surge de la necesidad de estar todo el tiempo pendientes de la actividad del celular. Mirar la pantalla del celular en busca de notificaciones y mensajes no esperados.
La dependencia extrema al celular puede generar problemas de concentración, especialmente en la vía pública, así como inestabilidad emocional. Pasar largas horas frente a la pantalla del celular también puede generar la pérdida de la noción del tiempo.
Algunos métodos para evitar el uso desmedido del celular implican tomarse pequeños descansos cada cierto tiempo, separarse un rato del dispositivo.